Concurso de calaveritas 2023

1er Lugar

Calaverita literaria a la Dirección de Publicaciones de la UAM

por Gerónima (Ximena Yáñez Chávez)

Con ese gesto profundo,
de quien dice algo muy culto,
escucha doña Catrina
la palabra cervantina.

Era Carlos Montemayor
que, por docto conversador,
consintió la nívea dama
por un día, vida y drama.

“Quiero, si me lo permite,
que cerca de mí gravite.
Le voy a mostrar un lugar
que de la UAM es popular.

Y la Calaca le dijo:
“Si hemos de viajar, exijo
llevarme un alma conmigo,
al cementerio, otro amigo”.

Y como Virgilio y Dante,
pero con paso elegante,
se fueron de vacaciones
a explorar Publicaciones.

Por la mañana llegaron,
vieron a Alba y se asustaron.
El café estaba caliente,
no le queda ningún diente.

Entraron a la oficina,
donde estaba Freja Ininna.
“A mí no me mires, Flaca,
ya no más poesía elegiaca.”

Ahí está Carlos Gallardo,
bibliófilo sin resguardo.
“¿Con los muertos he de llegar
?¿Los libros quién los va a editar?”

Sobre malas escrituras,
charlan Yáñez y Lagunas:
“Esto no es verso ni prosa,
es fea rima y espinosa”.

De semblante taciturno,
bajo el ritmo de Saturno,
Ale y Conde en la revista,r
echazaron la entrevista.

Con las correctoras fueron,
Ere y Pati respondieron:
“Al camposanto no hemos de ir,
allá no saben escribir.”

Ya cansados y con sueño,
se acercaron a diseño.
Paco está de cartelista,
ni una flaca lo conquista.

“¡Primero yo te reviento!”,
gritó Lupis con acento,
mientras que Lulú y Silvia,
se marchaban a Bolivia.

El olor a cempasúchil,
a Margarita le es fútil.
“Esos números no cuadran.
¿Sus ingresos sí declaran?”

Entre ventas y papeles,
los libros como tropeles,
Marco yace en su escritorio,
tiene enfado que es notorio.

Fer y Reyna se salvaron,
desde la FIL celebraron,
“¿Quién es la de la eutrapelia?”
¡Ten cuidado, que es Amelia!

En impenetrable estudio,
un artista en su refugio.
“Hugo es mi nombre de pila;
no hay fijón, usted tranquila.”

Con Gubisha por fin llegan,
de los contratos reniegan.
Los ISBN ya listos,
¡Que caigan más manuscritos!

El poeta y su pareja,
al Mictlán vuelven con queja.
Sin sus Molinos de Viento,
no llevan Casa del Tiempo.

“De la tumba volveremos,
un día de estos, si queremos.”
Montemayor y la Parca
al inframundo en su barca.

2do Lugar

Catrina, Catrina

por Magdalena Alegre (Loelia Escobar Hernández)

La Catrina vaga y vaga entre sepultura y sepultura
Busca y busca cualquier pista, cualquier conjetura
Parece sumisa, parece reclusa, una testaruda

Entre tumba y tumba busca y busca
La letra se le oculta, la sombra todo lo oculta.

Parece una peregrina
Nadie se lo imagina

Ella quiere encontrar la Comunicación
Si es Social con más emoción

En las tumbas yacen todos en comunión.
Nadie los vela, nadie los pela
Solos, sin una palabra están con la vela.

La Muerte la observa, de ella se burla
El jinete aparece, conserva la turba
Nadie la escucha, todo se enturbia

El Xantolo ha comenzado
Absolutamente nadie lo ha grabado
Nadie lo ha redactado
Nadie lo ha fotografiado
Nadie lo ha comunicado

La Catrina camina, está a deriva
La Muerte la sigue, está re divina
La espuma aparece, el miedo la mese
La casa despierta, el tiempo lo oscurece
Abierta la deja, el tiempo la mese
Al tiempo lo deja, el ave aparece.

La fiesta sigue, el velo se desvanece
La tumba se abre, Erick aparece
La Catrina sigue, Daniela se estremece
Rosario recrea, Sandra reestablece
La Casa completa, el Semanario desaparece.

Llora, llora, llora, llora
El Campo Santo aflora
La Muerte los sigue
El cantar persigue
La Catrina vive
El muerto revive

Nubes, Velas, flores
No los ves ni los oyes
La vela se apagó sin bemoles.
Sufre, sufre, sufre, sufre
El diablo huele a azufre.

3er Lugar

La UAM baila con la muerte

por La Sombra del Egresado (Christian Iván Tapia Cabal)

En la UAM, donde el alumnado estudioso mora, llegó la huesuda, con su guadaña
traidora; buscaba a De los Reyes y a Norma con gran desvelo, para llevarlos al
más allá, ¡qué triste y misterioso vuelo!

En la División de ciencias y artes brillaba el saber, pero la muerte, implacable, no
dejaba de crecer; el alumnado, en sus clases y pasillos reía, sin saber que la
muerte, acechante, se aproximaría.

De los Reyes, el Rector, con su mirada firme, Norma Rondero, la Secretaria, con
su labor sublime; ambos en la UAM, dejaron huella imborrable, pero la huesuda,
implacable, era inevitable.

Con su guadaña afilada y mirada de frío acero, la muerte se acercó, sin ningún
prisionero; el alumnado, desconcertado y atónito quedó, al ver cómo la huesuda a
su lado se los llevó.

Pero la muerte, en su viaje, también se llevó una sorpresa, ya que, en la UAM,
encontró resistencia y gran destreza; el alumnado, con risas y chistes sin fin,
lograron burlarla y escaparle por un confín.

La huesuda, frustrada, intentó una y otra vez, llevarse a De los Reyes y a Norma
de una vez; pero el alumnado, ingenioso y muy astuto, la enfrentó con valentía, sin
miedo absoluto.

Con bromas y carcajadas, la muerte se distrajo, mientras el alumnado a De los
Reyes y a Rondero protegía como un lazo; con tizas y libros, le jugaron una broma
pesada y, la huesuda, desconcertada, quedó atrapada.

Entre risas y festejos, la muerte se despidió, sin llevarse a nadie, pues el
alumnado lo impidió; en la UAM, la vida siguió su curso normal, Con De los Reyes
y Rondero, a salvo y sin mal.

Así concluye esta historia, en la UAM tan querida, donde la muerte fue vencida,
con risas compartidas; que, en la universidad, la alegría siempre prevalezca, y que
la muerte, con su guadaña, nunca más aparezca.

¡Con humor y buen ánimo!

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